Procesos productivos

El proceso de producción de un muestrario de colores es un auténtico arte que aúna talento, sensibilidad, elevada profesionalidad y cuidado extremo de los detalles.
Se trata de tomar un color desarrollado sobre cualquier soporte, como metal, madera, plástico, cemento, escayola, y reproducirlo en papel de la manera más fiel posible.

La fidelidad de la reproducción es el punto clave, significa respetar y replicar no solo la tonalidad, sino también la estructura y el brillo del color original.

Este proceso tiene lugar a través de dos fases fundamentales: la puesta en tono del color y su producción a escala industrial.

La puesta en tono

La puesta en tono se realiza en nuestros dos Laboratorios de color, donde nuestros coloristas, todos profesionales con habilidades y saber hacer únicos, reproducen la referencia original del cliente, en el nuevo soporte papel.
Para hacerlo, utilizan la pintura original del cliente, o bien una de las líneas de productos que ponemos a disposición de nuestros clientes.

Para hacer que esta fase sea impecable, dotamos a nuestros coloristas de los más avanzados instrumentos de investigación y análisis del color, pero la última palabra siempre la tiene el ojo humano, que sigue siendo el instrumento más fiable en la precisión de la reproducción.

El resultado de la actividad de laboratorio se somete seguidamente a la aprobación del cliente, y posteriormente se procede a la producción del muestrario a escala industrial.

La producción industrial

Nuestra producción se puede realizar con dos sistemas diferentes: coating y pulverización.

El coating es el sistema más extendido, tiene la ventaja de ser muy flexible, tanto en términos de producto como de formato, y es también muy competitivo en términos económicos. La calidad de la oferta por lo que se refiere a la precisión es muy alta, especialmente en el caso de los colores pastel.

La pulverización representa un salto generacional. Es un sistema innovador, ideado con referencia específica a los colores metalizados y por lo tanto es ideal para los clientes del sector car refinishing, para los cuales el muestrario es un auténtico instrumento de trabajo, capaz de decretar el éxito o el fracaso de una línea de producto, además de ser un instrumento indispensable para el trabajo del chapista.

La increíble precisión del color pulverizado se obtiene aplicando la pintura sobre el papel, mediante un procedimiento prácticamente idéntico al que se utiliza para pintar los automóviles en las cadenas de montaje.
La homogeneidad y la cobertura del color se obtienen pulverizando tres capas de tinta base y una de lúcido sobre el soporte papel.
Todo el proceso se realiza en línea, en el interior de una instalación completamente automatizada.
La uniformidad de la producción está garantizada, gracias al férreo control al que se someten sus principales parámetros, como la viscosidad de la pintura, la presión de las pistolas, la temperatura de secado y la humedad en el interior de las instalaciones.

El muestrario, ya sea de coating o pulverización, está sometido al control final del cliente, el cual verifica la precisión con respecto a la muestra de laboratorio y a la referencia original. La uniformidad de la producción se verifica comparando muestrarios en diversos momentos del proceso productivo.